Ministerio de La Reconciliación

El ministerio de la Reconciliación se estableció en la ciudad de Barranquilla, Colombia, el día 23 de Enero del año 2002 por autoridad de Dios Todopoderoso y su fundador y director es el Pastor Freddy Palma Gutiérrez, quien en compañía de su esposa Sylvia Díaz de Palma, bajo la guía del Espíritu Santo lo lideran en la actualidad.

Somos una iglesia cien por ciento bíblica, sometida a la autoridad y suficiencia de las Sagradas Escrituras inspiradas por Dios y contenidas en los sesenta y seis libros de la Biblia.

No pertenecemos a ninguna religión, ni denominación terrenal, ya que la Iglesia de Cristo es celestial, es Su Cuerpo y la Biblia la identifica como la familia de la fe o la familia de Dios. Ser familia de Dios nos es suficiente, y consideramos innecesaria una denominación que nos separe de otras congregaciones de Cristo.

Creemos que toda la Escritura es inspirada por Dios y la enseñamos, respetando el énfasis que Dios de manera radical hace en Gálatas 1:8-9 al afirmar que el Evangelio de la Gracia es el único evangelio aprobado por Dios; en concordancia con Romanos 7:6, donde el Señor dice que la iglesia está llamada a servirle bajo el régimen nuevo del Espíritu (pacto de la Gracia) y no bajo el régimen viejo de la letra (ley de Moisés).

Por mandato de Jesucristo nuestro Señor, tenemos la misión de predicar el evangelio y hacer discípulos en todas las naciones, tal como reza en Mateo 28:19 y en Hechos 20:27, donde el apóstol Pablo declara que no rehusó predicar todo el Consejo de Dios y testificar a judíos y a gentiles acerca del arrepentimiento para con Dios, y de la fe en nuestro Señor Jesucristo (Hechos 20:20-21).

Procuramos todos en el ministerio hablar una misma cosa y estar perfectamente unidos en una misma mente y un mismo parecer, evitando las divisiones como ruega el apóstol Pablo en 1 Corintios 1:10.

Somos un pueblo respetuoso, amoroso y cordial que ama la paz, la santidad, la excelencia, las buenas y sanas costumbres, que no solo busca conocer la Palabra de Dios y predicarla, sino que ella se traduzca en un estilo de vida donde podamos expresar a Cristo a través de nuestro proceder, tanto en lo espiritual como en lo secular.

Oramos a Dios por Toda su iglesia en el mundo entero para que en un futuro cercano verdaderamente haya unidad en su Pueblo, reine la concordia y de esa forma el mundo crea que somos sus discípulos.

"...Quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos..."

2 Timoteo 1:9